El Parlamento de Cataluña convalidó ayer el decreto-ley de medidas urgentes para la emergencia climática y el impulso de las energías renovables.
El texto, que ha sido defendido por la consellera de Empresa y Conocimiento, Ángeles Chacón, establece un marco regulador más favorable para la implantación de energía de origen eólico y fotovoltaico en Cataluña, y soluciona diversos aspectos de la Ley de Cambio climático que habían sido declarados inconstitucionales. El Gobierno aprobó este decreto-ley el pasado 26 de noviembre como una primera medida normativa urgente, en el actual contexto de emergencia climática, para seguir avanzando en la mitigación del cambio climático y en la transición hacia un nuevo modelo energético más limpio, sostenible y democrático.
La consellera Chacón ha recordado que con este decreto-ley "eliminamos las barreras a la generación con energías renovables; lo hacemos, además, garantizando que no tengan un impacto ambiental, paisajístico ni urbanístico; y dotamos los ciudadanos y las empresas de herramientas más asequibles para ser sus propios generadores de energías renovables ". La titular de Empresa y Conocimiento ha argumentado que "hay que transformar la forma en que producimos y consumimos la energía" para justificar la urgencia de la medida, y ha detallado que el ciclo energético es responsable de un 72% de las emisiones de gases causantes del efecto invernadero de Cataluña. La nueva norma facilita y agiliza la instalación de sistemas de autoproducción en los hogares y en entornos urbanos, y elimina restricciones para la implantación de instalaciones eólicas y fotovoltaicas en el país. Así, con la voluntad de favorecer la implantación de sistemas de autoproducción en los edificios y en el espacio público de las ciudades, se instituye el régimen de comunicación previa para las instalaciones fotovoltaicas, que tampoco contarán a efectos de remonte en los edificios y podrán ubicarse en parcelas no edificadas (siempre y cuando no tengan más de 1 metro de altura). También se facilita su implantación en suelo no urbanizable, siempre que se cumplan unos criterios ambientales y paisajísticos. "Queremos apoderarse el consumidor, ponerlo en el centro de la transición energética, y este decreto proporciona la seguridad jurídica necesaria", remarcó Chacón.
Coparticipación de todo el territorio a la aportación de renovables
Además, también se abre el territorio a ser co-partícipe de la aportación renovable al sistema energético todo aligerando el peso de otras zonas que históricamente han acumulado la generación. Desaparecen la determinación de zonas de desarrollo prioritario para la energía eólica y el modelo concursal para su adjudicación, y también se eliminan las ocupaciones máximas para las instalaciones fotovoltaicas, y se implementa un nuevo modelo de tramitación mediante una ventanilla única que permitirá reducir hasta los 13 meses el procedimiento de autorización de una instalación. Todos los proyectos deberán ajustarse al cumplimiento de las figuras de protección ambiental, urbanística y paisajística vigentes, de manera que se garantice el máximo respeto con el entorno donde se emplacen. "Son las energías renovables las que tendrán que adaptarse al territorio, y no el territorio a las energías renovables", ha dejado claro la consellera.
Nueva Ley de la Transición Energética
La consellera Chacón ha advertido de que este decreto-ley se acompañará, en breve, de la tramitación de la Ley de la Transición Energética y de la creación de la Agencia Catalana de Energía. La ley tendrá como función sentar las bases de la transición energética y establecer las estrategias a largo plazo, mientras que la Agencia Catalana de Energía será el órgano que debe permitir coordinar y ejercer la gobernanza de la transformación del modelo energético del país. Toda esta actuación está orientada a lograr los objetivos establecidos por la Ley de Cambio Climático y por las bases del Pacto Nacional para la Transición Energética, cuyo cumplimiento exigiría disponer de 4.000 MW eólicos y 6.000 MW solares fotovoltaicos instalados en 2030 , de acuerdo con las primeras estimaciones del Instituto Catalán de Energía (ICAEN).
